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Tipos de inflamación y por qué se producen
Inflamación aguda
En términos médicos, es la respuesta a una agresión, ya sea una infección, una herida o una sustancia tóxica. Nuestro sistema inmunitario la pone en marcha para frenar el avance del daño y, en una segunda fase, restaurar el tejido y eliminar los residuos. Este proceso se extingue en días o meses y suele estar más o menos localizado.Inflamación crónica o sistémica
Cuando la inflamación persiste en el tiempo más allá de lo necesario y deja de responder al propósito reparador. Esta inflamación crónica es un proceso mucho más complejo, se convierte en una amenaza silenciosa, ya que no es evidente como la aguda. Sus síntomas son engañosos y difusos, y pueden afectar a varios tejidos a la vez.Consecuencias de las inflamaciones crónicas
Este tipo de inflamaciones son la base de enfermedades crónicas tan conocidas como las cardiovasculares, el cáncer, la diabetes, la artritis reumatoide, la enfermedad celíaca, la hepatitis autoinmune, la tiroiditis de Hashimoto, el lupus eritematoso sistémico y discoide, la psoriasis, y el síndrome de Guillain-Barré o, por contra, algunas menos conocidas como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa.Pautas para un mejor manejo de las inflamaciones crónicas
Descanso, actividad física, control del estrés, así como una dieta antiinflamatoria son los cuatro pilares que la evidencia científica propone para el manejo de la inflamación sistémica y que nos van a ayudar a equilibrar el estilo de vida actual estresante.Alimentación y dieta antiinflamatoria
Una dieta antinflamatoria es un programa nutricional que tiene por objetivo reducir la inflamación del organismo. Puede estar diseñada específicamente para el tratamiento de una enfermedad o ser la base de una dieta saludable. En cuanto a la forma de cocinar, la mejor será a baja temperatura con métodos poco agresivos como el hervido, vapor, plancha, horno a temperaturas controladas o el wok.
Pautas a tener en cuenta
- Eliminar los ácidos grasos parcialmente hidrogenados o grasas trans:
- Alimentos congelados como los canelones o pizzas
- Productos fritos o empanados
- Bollería industrial
- Aperitivos salados como las patatas fritas
- Grasas sólidas como las margarinas
- Eliminar los alimentos de alto índice glucémico* (azúcar, refrescos, zumos industriales, harinas refinadas)
- Restringir los saludables (frutas tropicales, miel, melaza, frutas deshidratadas, zanahoria cocida, remolacha), para momentos concretos como la recuperación de una hipoglucemia o, en condiciones normales, en relación con el entrenamiento deportivo; compensándolo con un buen aporte de grasa y fibra.
- Aumentar la ingesta de aceite de oliva y ácidos grasos omega 3 del pescado azul, las algas, las semillas y los frutos secos.
- Ingerir abundantes verduras y frutas de índice glucémico medio o bajo (tomate, verduras de hoja verde, aguacates, moras, arándanos, fresas, cerezas, frambuesas, pomelo, melocotones, etc.)
- Hacer una dieta todo lo amplia posible y rica en pigmentos cargados de antioxidantes.
- Tomar cantidades adecuadas de fibra, presente en la verdura, los cereales integrales y los frutos secos.
- Ingerir alimentos ricos en magnesio: verduras de hoja verde, legumbre, granos integrales, frutos secos, semillas y cacao. La ingesta de magnesio se asoció con valores más bajos de uno de los marcadores de inflamación en sangre (la proteína C reactiva o PCR).
- Sazonar con cúrcuma y pimienta: la cúrcuma ha mostrado reducir la inflamación (y los síntomas asociados a ella, por ejemplo en artritis y dolor de rodilla, con tanta eficacia como el ibuprofeno). Acompañarla de pimienta favorece su absorción intestinal.
- Alimentos probióticos. El chucrut, el kimchi, el kéfir de agua y el té kombucha nos ayudarán a mejorar el estado de nuestra flora intestinal y de nuestras digestiones provocando un efecto depurativo y antiinflamatorio.