Dejar de fumar es algo que casi todos los fumadores se han planteado alguna vez. De hecho, las estadísticas nos dicen que más del 50% de los fumadores lo ha intentado alguna vez, pero, como ya sabréis, no todos lo han logrado.
Lo primero que hay que aclarar es que dejar de fumar no resulta nada sencillo. El tabaco, aunque muy accesible y socialmente muy aceptado, no deja de ser una droga más y por tanto su adicción no es un juego de niños. Por ello, es normal que el proceso para dejarlo no resulte sencillo.
Para comenzar debemos conocer algunos mitos que circulan en relación con el tabaco y que pueden ser un obstáculo a la hora de hacer frente a este proceso.
Mito 1: Fumar poco no hace daño
Si eres de esos fumadores que solo consume 4 o 5 cigarrillos al día, ya sea porque lograste reducirlos cuando intentaste dejar de fumar, o porque nunca has fumado demasiado, debes de saber que fumar poco simplemente es ‘menos malo’ solo si pensamos en cánceres como el de pulmón, ya que es cierto que se reduce el riesgo. En cambio, si tenemos en cuenta el riesgo de infarto o de enfermedades cardiovasculares asociadas, el riesgo no disminuye, aunque la cantidad de tabaco sea pequeña, sino que el riesgo es exactamente el mismo. Por ello, si de verdad quieres recuperar tu salud, lo que debes lograr es dejar de fumar de manera total.
Mito 2: El tabaco light hace menos daño a la salud
En el caso de los cigarrillos light, tanto las mezclas de tabaco que llevan como los productos de su fabricación (papel y filtros), son distintos para que a los usuarios les lleguen en menor cantidad las sustancias tóxicas que ingieren al fumar.
Pero esto tiene una contrapartida y es que las personas que fuman tabaco light, según diferentes estudios realizados, de forma inconsciente y para compensar los menores niveles de nicotina y otras sustancias, fuman más cigarrillos, inhalan el humo más fuerte y profundamente y bloquean los orificios de ventilación, resultando así igual de dañinos que los cigarrillos normales.
Mito 3: La dependencia a la nicotina es el mayor problema a la hora de dejar de fumar
Según la OMS, la dependencia a la nicotina dura en el organismo de 2 a 4 semanas. Entonces, ¿Cuál es la mayor dificultad a la que nos enfrentamos a la hora de dejar de fumar?
La dependencia psicológica es el principal problema después del primer mes que pasamos sin tabaco. Esta dependencia se encuentra asociada a las diferentes situaciones en las que solemos fumar los cigarrillos, haciendo que cuando nos enfrentamos a ellas nos entren ganas de fumar. Por ello, un tratamiento integral para dejar el tabaco que combine acciones hacia ambos tipos de dependencia suele ser el más recomendable.
Mito 4: Los cigarrillos electrónicos no perjudican la salud
Esta afirmación es totalmente falsa, de hecho, el Ministerio de Sanidad avisa de efectos adversos tanto a corto plazo como a largo plazo. Estos efectos serían muy similares a los que nos encontramos con el consumo de tabaco.
En concreto, a corto plazo, se han hallado efectos fisiológicos adversos en las vías respiratorias similares a aquellos asociados al humo del tabaco. También se han encontrado sustancias cancerígenas en líquidos y vapor de cigarrillos electrónicos. Además, la utilización de estos productos genera emisión de propilenglicol, partículas PM2.5, nicotina y sustancias cancerígenas que pueden contaminar los espacios cerrados, generando riesgo de cáncer también en los que se exponen a este vapor de manera pasiva.
Mito 5: Los fumadores son libres para decidir si fuman o no
Las ganas de fumar suelen dominar el día a día de los fumadores. No son los fumadores los que eligen cuando consumir el tabaco. Normalmente cuando un fumador se enfrenta a una larga jornada alejado del tabaco o a situaciones en las que no lo tiene accesible, como un largo viaje en avión, el tabaco domina sus pensamientos y siente una gran ansiedad hasta que vuelve a fumar.
Por este último punto, dejar de fumar se convierte en una tarea muy complicada, pero no imposible. Eso sí, para conseguirlo necesitas desterrar estos mitos de tu mente y utilizar un método integral para dejar de fumar en el que se tengan en cuenta estrategias para los dos tipos de dependencias.
4 consejos que te ayudarán a dejar de fumar
Para comenzar, es importante tener en cuenta que fumar no es un simple hábito. El fumador recibe una gran recompensa al fumar un cigarro. Le permite escapar unos minutos de la rutina, relajarse, tomar un tiempo de desconexión. Porque fumar es eso y mucho más, y solo los que son o han sido fumadores saben de lo que estoy hablando. ¿Pero estas sensaciones que nos transmite son reales o forman parte de los efectos engañosos del tabaco?
La ciencia nos dice que en realidad la nicotina, junto con otras sustancias que ingerimos cuando fumamos, son sustancias excitantes o activantes.
Entonces, ¿por qué nos relajamos cuando fumamos? Existen varias razones que pueden ayudarte a entenderlo. Una razón desde el punto de vista biológico es que la respiración que realizamos cuando fumamos es muy semejante a la respiración profunda utilizada como técnica de relajación, lo que fomenta nuestra desactivación.
Otra razón lo explica desde el punto de vista psicológico, porque muchas veces el fumarnos un cigarrillo es el único momento que nos tomamos para descansar y eso por sí mismo nos hace sentir mejor.
Por eso siguiendo los siguientes pasos te ayudaremos a dejar de fumar:
Paso 1:
Motivación como gasolina del proceso de dejar de fumar: porque dejar el tabaco es un proceso individual del cual uno tiene que estar muy seguro, no suele funcionar dejar de fumar por presiones externas. Lo mejor es hacerle caso al dicho: ¡Si quieres, puedes!
Paso 2:
La relajación como pilar: como acabas de leer es la respiración que se practica fumando la que te relaja, no el tabaco. Utilízala en los momentos en los que el ‘mono’ de tabaco sea muy fuerte.
Paso 3:
El deporte un aliado esencial: porque aumenta nuestro estado de ánimo gracias a las endorfinas y, además ayuda a limpiar el organismo de los deshechos de toda una vida fumando.
Paso 4:
La comida no sustituye el cigarrillo, ayuda a olvidarlo: Muchas personas engordan al dejar de fumar. Una de las principales razones es que antes marcaban el final de cada comida con un cigarrillo y ahora siguen comiendo porque su organismo tarda en entender el final de cada comida. Lo cierto es que no tenemos por qué engordar si usamos la comida como aliado aumentando la ingesta de alimentos ricos en fibras, que son más saciantes, y bebemos más agua para limpiar el organismo.
Ahora que ya sabes que el tabaco realmente no aporta nada positivo en tu vida y conoces algunos trucos para dejar este mal hábito, ¿Te atreves a dejar de fumar?